miércoles, 31 de octubre de 2012

La cefalea en racimos



La cefalea en racimos o cefalea de Horton, es una cefalea primaria tipo "cluster" (agrupada, en cúmulos o racimos). Es un tipo relativamente raro de cefalea que se presenta en forma de ataques y cuya severidad le ha dado el nombre de "dolor de cabeza suicida". Se considera que es uno de los dolores más intensos que puede sufrir el ser humano sin perder la consciencia.
A lo largo del tiempo, la cefalea en racimos ha sido conocida por distintos nombres, desde los escritos de Nicolaes Tulp en el siglo XVII, así como en los de Willis en 1671. En 1878 Eulenberg hace la primera descripción completa. Horton en 1893; Ekbom en 1947 describe su carácter periódico y Kunkle en 1952 la denomina "Cluster headache".

La enfermedad suele aparecer entre la segunda y sexta décadas de la vida, con una edad promedio de comienzo alrededor de los 37 años.6,7 Se recogen antecedentes familiares en 7 % de los enfermos.7,8 Existe claro predominio de afectados en el sexo masculino.5,9-11
Hasta hace pocos años en el ámbito médico era una patología bastante desconocida, con lo cual los avances neuro-científicos que actualmente estudian dicha enfermedad se encuentran en pleno proceso evolutivo. Debido a ello, el paciente suele tardar en ser diagnosticado. Por otra parte es muy común en la fase aguda ser confundida con otro tipo de cefalea en la que el tratamiento es totalmente ineficaz y también con sinusitis o patologías dentales. En conclusión, los pacientes no reciben el tratamiento adecuado, o lo reciben demasiado tarde.
La cefalea en racimos es uno de los síndromes de dolores de cabeza más extraordinarios observados en la práctica clínica. Ser testigo de un ataque de dicha enfermedad es una experiencia difícilmente olvidable. Los brotes siguen un modelo estereotípico. Se caracteriza por ataques de dolor extraordinariamente severos, constantes, taladrantes y de carácter uniforme, localizados en la región periorbital o temporal. En el 90% de los casos se presenta de manera unilateral sin sobrepasar la línea media y reaparece una y otra vez en el mismo lado. Va acompañado por fenómenos ipsilaterales de disfunción autonómica, como ojo enrojecido, lagrimeo, ptosis, miosis, edema de párpado, rinorrea, obstrucción nasal o hiperhidrosis de un solo lado del rostro (descarga colinérgica excesiva). No existe aura y el dolor alcanza el clímax en unos pocos minutos. (30% de los casos de cefalea de Horton no muestran síntomas autonómicos).

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