
y de las políticas de salud pública. Por extensión se les llama medicamentos huérfanos a aquellos destinados a tratar enfermedades raras, y precisamente por su singularidad a la industria farmacéutica transnacional no le interesa, no le resulta negocio producirlos, por la poca demanda que tienen. La problemática en torno a las enfermedades huérfanas es porque en la mayoría de los casos no se contemplan políticas sanitarias específicas para las mismas. Hay, además, escasez de conocimientos especializados sobre éstas, lo que genera retrasos en el diagnóstico o diagnósticos equivocados que dificultan la investigación, lo que a su vez hace muy difícil desarrollar medicamentos eficaces para tratarlas amén de
que el producirlos económicamente no resulta atractivo. Todo esto se traduce en impedimentos para mejorar la calidad de vida de varios miles de personas que las padecen. A ello hay que agregarle la falta de información a la población en general y de grupos de apoyo en muchos países para ellas.
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