El síndrome de Rothmund-Thomson (RTS) es una genodermatosis que se
presenta con un eritema facial característico (poiquilodermia), asociado
con estatura baja debida a un retraso en el crecimiento pre- y
postnatal, cabello escaso, cejas y pestañas escasas y/o ausentes,
cataratas juveniles, anomalías esqueléticas, defectos del eje radial,
envejecimiento prematuro y predisposición a ciertos cánceres. La
prevalencia es desconocida, pero hasta el momento se han descrito
alrededor de 300 casos. La piel es normal en el nacimiento, pero el
eritema se desarrolla en las mejillas entre los 3 y 6 meses de edad y
posteriormente se extiende a las extremidades y las nalgas.
El tronco y
el abdomen por lo general no están afectados. Durante el curso de la
enfermedad, se desarrolla una atrofia cutánea con hipo- e
hiperpigmentación reticulada y desarrollo de telangiectasias
permanentes. Otras manifestaciones cutáneas incluyen: anomalías
dentales, distrofia ungueal y lesiones hiperqueratósicas
palmo-plantares. Las manifestaciones extracutáneas son clínicamente
variables y se han definido dos formas de RTS: RTS tipo 1 (RTS1; ver
este término) caracterizado por poiquilodermia, displasia ectodérmica y
cataratas juveniles, y RTS tipo 2 (RTS2; ver este término) caracterizado
por poiquilodermia, defectos óseos congénitos (prominencia frontal,
nariz en `silla de montar' y defectos del eje radial: hipo- o aplasia
del pulgar o aplasia radial) y un riesgo alto de osteosarcoma (ver este
término) en infancia y carcinoma de células escamosas en edades más
avanzadas. Se han descrito en estos pacientes manifestaciones
gastrointestinales (emesis crónica y diarrea), respiratorias y
hematológicas benignas o malignas (anemia, neutropenia y
mielodisplasia), así como hipogonadismo y osteopenia. La RTS se
transmite de manera recesiva autosómica y es genéticamente heterogénea:
RTS2 está causada por mutaciones homocigotas o heterocigotas compuestas
en el gen RECQL4 de la familia de las
RecQ helicasas (8q24.3; detectado en el 60-65% de los pacientes con
RTS), mientras que la etiología de RTS1 permanece desconocida.
El
diagnóstico se basa en las manifestaciones clínicas (principalmente en
la edad de aparición de la enfermedad y la aparición y propagación de la
poiquilodermia) y en los análisis moleculares de las mutaciones RECQL4.
El diagnóstico de RTS debe considerarse en todos los pacientes con
osteosarcoma, particularmente si está asociado a cambios en la piel. El
diagnóstico diferencial debe incluir otras causas de poiquilodermia
infantil y otras genodermatosis raras con telangiectasias prominentes
(incluyendo el síndrome de Bloom, el xeroderma pigmentoso, el síndrome
de Kindler, la poiquilodermia con neutropenia y la disqueratosis
congénita; ver estos términos), así como las anomalías alélicas, el
síndrome RAPADILINO (en el cual los defectos del eje radial son una
manifestación constante, hay ausencia de poiquilodermia y el riesgo de
malignidad es bajo) y el síndrome de Baller-Gerold (asociado con
craneosinostosis; ver estos términos). Debe proporcionarse un consejo
genético a los pacientes con RTS y a sus familiares. Los pacientes con
RTS2 deben someterse a un seguimiento regular, ya que el riesgo de
cáncer es elevado. El manejo debe incluir un tratamiento láser para las
lesiones telangiectásicas, exámenes oftalmológicos anuales y un
seguimiento radiológico en el caso de dolor de huesos, cojera o
fracturas (indicadores de osteosarcoma).
Los pacientes con RTS pueden
presentar una susceptibilidad incrementada a los efectos secundarios de
la quimioterapia, y un riesgo alto de malignidad secundaria (5% de
riesgo de desarrollo de cáncer de piel). El pronóstico para el RTS es
variable: la esperanza de vida es normal en ausencia de cáncer, sin
embargo la evolución de los pacientes con patologías malignas depende de
la calidad y la frecuencia del seguimiento y tratamiento del cáncer.
Fuente: ORPHA.NET

No hay comentarios:
Publicar un comentario